La inquietud de la diseñadora Rut Turró para darle un sentido a la moda, para encontrar una fórmula que conectara el sector textil con el sector social, dio sus frutos a finales del 2014 con la creación de Fit and Sit, proyecto con el cual ganó los Premios Creatic. Se trata de una start-up dedicada al diseño y confección de ropa para personas en silla de ruedas, que actualmente se denomina Moving Mood.

Después de celebrar los 15 años de los Premios Creatic el pasado mes de noviembre, seguimos con una serie de entrevistas para dar a conocer diferentes emprendedores y emprendedoras que ganaron el premio en alguna edición.

¿Cómo nació Moving Mood?
Todo empezó el 2010 cuando diferentes amigos me preguntaron dónde podían encontrar ropa para sus familiares, que estaban guardando cama, ya que tenían muchos problemas para vestirse. Como veían que no obtenían respuesta y que no había productos al mercado para cubrir esta necesidad, se nos ocurrió impulsar una línea de ropa específica para personas con movilidad reducida.

¿Cómo ha ido evolucionando el proyecto?
El proyecto le hemos ido remodelándolo y ampliando. Hoy nos centramos con el desarrollo de soluciones del vestir y complementos para la movilidad reducida. Hemos creado una nueva marca para nuestra tienda online, MOVING, y hemos ampliado los servicios con un Método Científico Deductivo, formado por cuatro pasos sencillos, para asesorar a las empresas de moda en accesibilidad.

¿Lleváis a cabo toda la cadena de producción?
De momento, nos encargamos del diseño y la comercialización y externalizamos la confección a empresas textiles de Cataluña, por ejemplo todo el que es género de punto lo producimos aquí en Mataró porque son expertos. Apostamos por el Kilómetro 0 e intentamos que los recursos se queden aquí ya que tenemos una gran tradición textil, conocimientos y experiencia en este sector.

¿Qué os aportó ganar los premios Creatic el 2014?
Para nosotros ganar los premios Creatic fue un gran impulso porque habíamos salido al mercado a finales del 2014, después de cuatro años de investigación y sirvió para fortalecer la nueva empresa. Después, estar en la incubadora del TecnoCampus es una gran ventaja porque estás en relación con otros emprendedores y entre todos nos ayudamos.

Así que no sólo el premio es importante...
Los servicios adheridos al premio nos han ayudado mucho, por ejemplo a través de la participación en el Pla Embarca donde tenemos dos tutores que nos han permitido mejorar todo el modelo de negocio. La gran ventaja del TecnoCampus es que es un centro tecnológico y universitario, hecho que te permite establecer vías de colaboración con los estudiantes, en nuestro caso con los alumnos de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud.

¿Cómo ha sido tu experiencia como emprendedora?
Llevo quince años emprendiendo, vinculada también a proyectos sociales, y desde el diseño de moda decidí que tenía que hacer algo más útil. Por eso a lo largo de estos años mi objetivo ha sido unir el sector textil y el sector social para que el diseño de moda sirviera para algo más que para subir la autoestima.

¿Cómo te imaginas el futuro de la empresa en unos años?
Nosotros tenemos un plan de negocio que marca que en tres años seremos ocho personas, la mitad con discapacidad. Por ejemplo, los comerciales son personas con discapacidad porque pueden explicar mejor el producto y las necesidades que cubre. Por otro lado, nosotros estamos muy contentos de estar al TecnoCampus y nos gustaría seguir aquí, aunque ya veremos si unimos dos oficinas o nos quedamos con una. La idea es siempre tener una sede y subcontratar los servicios y, a largo plazo, crear nuestro taller de confección.


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