Funseam, la Cátedra de Economía Circular y Sostenibilidad del TecnoCampus (Mataró) y la Cátedra UNESCO de Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña, con la colaboración de Accenture y de Jaime Ferrer (director del proyecto), han desarrollado el proyecto “Economía circular España”, cuyo objetivo es la identificación de oportunidades y la elaboración de un plan de acción dirigido a empresas y administraciones, conjuntamente con más de 100 empresas y entidades sectoriales. El documento analiza la situación actual y las oportunidades en modelos de economía circular en diversos sectores empresariales, además de detectar barreras al cambio, identificar instrumentos y proponer recomendaciones prácticas a las administraciones, asociaciones sectoriales y empresas

El proyecto ha sido coordinado por el empresario Jaume Ferrer y ha contado con la colaboración de Accenture. En total han participado cerca de 100 empresas y asociaciones sectoriales, que pertenecen a once ramas de actividad: energía, agroalimentación, automoción, logística, construcción, turismo, textil, ciclo del agua, ciudades, sector TIC y banca. La investigación aborda la relevancia de los modelos de negocio y las mejores prácticas en cada uno de los sectores a la hora de aplicar la economía circular.

Se analizan las necesidades en materias como; los cambios normativos, las tecnologías clave, las competencias formativas y de empleo, así como los estímulos y ayudas públicas necesarias para conseguir que la economía circular sea más rentable que la economía lineal tradicional motivando a los actores (sociedad y empresa). El objetivo de esta iniciativa es contribuir a la consecución de las medidas recogidas en la Estrategia Española de Economía Circular 2030 (EEEC) anunciada por el gobierno español.

Según Jaime Ferrer, “las empresas coinciden en que los modelos de economía circular tienen una importancia distinta según el sector; nos referimos a temas como el ecodiseño, el uso de recursos renovables, la recuperación de materiales, la extensión de vida útil, los modelos de negocio de “servitización” o las plataformas de consumo compartido”.

Mar Isla, investigadora de la Cátedra de Economía Circular y Sostenibilidad del TecnoCampus, cree que: “si se aspira a cumplir las metas del EEEC 2030, será necesario medidas que impulsen la incorporación de materiales recuperados a los ciclos productivos de todos los sectores y, además, habrá que integrar los principios de reparación y extensión de la vida útil de los productos a los modelos de negocio.”

Jordi Morató, investigador de la Cátedra UNESCO de Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña, se muestra sorprendido del nivel de conciencia de las empresas a la hora de afrontar este cambio y de la claridad a la hora de identificar las barreras que lo dificultan: “ Sólo alcanzaremos los objetivos del EEEC 2030 si la regulación y los incentivos movilizan al capital privado para desarrollar una red estatal para la recogida y la valorización tanto de fracciones domésticas como de residuos industriales. Los fondos Next Generation de la UE no serán suficientes.”

Joan Batalla, director general de Funseam, recalca: “Las nuevas normativas impulsan las energías renovables y la recuperación de residuos, pero la transición hacia la economía circular exigirá nuevos ajustes, particularmente en materia de estímulos al capital privado. Es necesario impulsar modelos de negocio que fomenten el ahorro energético, la valoración de residuos y las redes de generación energética renovable, así como los proyectos de simbiosis industrial y energética entre sectores complementarios”. El documento aporta a las administraciones algunas propuestas para el diseño de medidas regulatorias, así como de programas de ayuda específicos frente a las necesidades reales de las empresas.

Jaime Ferrer destaca, por ejemplo, que “las medidas de apoyo al vehículo eléctrico tendrán que ser complementadas con medidas que faciliten la reconversión industrial del sector hacia actividades como el desarrollo de nuevos materiales, la reconversión de vehículos de combustión interna en eléctricos y la remanufactura de componentes para su reincorporación a los procesos productivos de la fabricación de vehículos y otros bienes industriales.” Las conclusiones del proyecto se están dando a conocer a empresas y administraciones. Se han finalizado los informes relacionados con 8 sectores (energía, ciclo del agua, textil, turismo, transporte y logística, automoción y bienes industriales, consumo y alimentación y construcción). Está previsto que a inicios de 2022 sean publicados los 11 informes sectoriales derivados de la investigación así como un informe general.

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